¿En qué consiste?
Entendemos la mediación como un método de resolución de conflictos entre dos o más partes, interviniendo en el proceso un tercero (completamente imparcial), que ayuda a mejorar la comunicación y ayuda a buscar soluciones ante los problemas que afectan a las partes.
Es importante saber que se trata de un proceso completamente voluntario, es decir; todas las partes han de estar dispuestas a mediar para tratar de buscar los mejores resultados para ellos mismos. Las personas involucradas deben respetarse durante todo el proceso y buscar acuerdos, aunque pueda ser dificultoso, debido a la fuerte implicación emocional que en muchas ocasiones hay.
Así pues, cabe destacar que la mediación y la terapia familiar son procesos distintos y es que, en ocasiones, las familias que acuden a mediar tienen la idea de que acuden a terapia familiar, servicios de orientación e incluso a consultar aspectos legales en los que pueden encontrarse inmersos los afectados.
Entre los motivos que se observan con frecuencia para recurrir a mediación familiar, destaca la existencia de discrepancias entre miembros de la familia (entre miembros de la pareja, entre hijos e incluso, entre ambos sistemas).
También se puede recurrir a la mediación familiar ante la ruptura de una pareja (en una situación de separación o divorcio), con el propósito de dejar “en regla” todos los asuntos que se tienen pendientes (convenio regulador de las medidas paternofiliales, pensión de alimentos, educación de los hijos, titular de un vehículo, etc.).
Recurrir a mediación puede propiciar un mejor clima familiar y conviene recordar que ante la finalización de una relación, se debe anteponer el bienestar de los hijos/as, evitando inmiscuirles en los conflictos de los adultos. Por ello, es una opción muy recomendable por lo beneficiosa que puede resultar para los menores.
Asimismo, otra de las ventajas de la mediación es el coste, por lo general mucho más económico que un proceso de carácter judicial. Además, la mediación se resuelve mucho más rápido que los procesos contenciosos.
En definitiva, la mediación familiar trata de mirar hacia el futuro, planteando soluciones a conflictos del pasado que nos permitan seguir avanzando.
Alejandro Vitieles Doñate