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EL DUELO TERAPÉUTICO

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¿Qué es el Duelo Terapéutico? ¿Cuántas etapas tiene?

Hoy nos gustaría tratar un tema algo delicado pero a la vez fundamental y muy presente a lo largo de nuestras vidas. ¿Has oído hablar sobre el proceso de duelo? 

El duelo es un proceso que se da en las relaciones, y precisamente se trata de elaborar y resolver una relación que se acabó. Las personas necesitamos aceptar que una relación se ha terminado, y despedirnos a través de nuestras emociones y sentimientos. El objetivo es decir adiós a una relación que, por diferentes motivos, se ha terminado. En el trabajo terapéutico, tratamos de elaborar lo que estaba presente en ese lazo, y con toda la energía resultante, dar paso a una nueva relación que la persona elabora desde cero.

El proceso de duelo no necesariamente lo hacemos cuando una persona ha fallecido, también establecemos duelos de relaciones de pareja, de amistad e incluso familiares. La relación de la que me despido, es la que existía entre mi Yo y el otro objeto de la misma, no nos despedimos de la persona, decimos adiós a la relación. Todo lazo tiene como base el apego, porque lo fundamental siempre es la parte afectiva.

Es importante tener en cuenta, que todo proceso de duelo tiene una serie de fases por las que la persona va caminando, pero debemos tener en cuenta que no todas tienen por qué pasar por todas las fases, e incluso, el orden de las mismas puede ser completamente diferente. Podemos decir que existen principalmente tres etapas, con sus fases correspondientes, os las presentamos a continuación:

ETAPA COGNITIVA

1. Fase de negación

Es aquella donde la persona no es capaz de integrar el impacto que supone perder a esa persona, y empieza la negación. “No estoy preparado/a” “Esto no ha podido pasar”. Si la persona se queda anclada mucho tiempo en esta fase, el duelo puede convertirse en un Duelo Patológico.

2. Fase de racionalización

Se trata de entender qué ocurrió en esa relación, qué fue lo que pasó para que se acabara. En el caso de una muerte, por qué murió y cómo murió. Tenemos que tener en cuenta que, si no soy capaz de integrarlo desde mi cabeza, no soy capaz de seguir adelante, porque no existe posibilidad de despedirse, y cerrar el duelo. El proceso nunca debe congelarse porque la persona no sea capaz de entender lo que pasó.

ETAPA EMOCIONAL

3. Fase de protesta

Es la fase en la que aparece la rabia ante la agresión que estamos sufriendo. Siempre es fundamental poder liberar las emociones y que estas fluyan; sacar la rabia por lo que la persona ha sufrido y está sufriendo. Toda relación tiene momentos buenos y malos, y puede haber cosas que vivimos que no nos gustaron y esos momentos, pueden estar provocando la rabia actual.

4. Fase de miedo

Cuando perdemos a una persona, perdemos la relación con ella, y nos hacemos muchas preguntas «¿ahora que va a ser de mí?» Es un momento único, porque el miedo que sentimos por esta pérdida, no lo vamos a volver a experimentar, podremos sentir miedo, pero nunca será de la misma manera. Es importante tener en cuenta que en esta fase también pueden aparecer miedos que estaban presentes en la relación.

5. Fase de tristeza

Como terapeutas debemos facilitar la expresión de la tristeza de una manera sana, permitir llorar en los brazos de alguien que nos acoja en ese momento. Facilitar el llanto y la expresión de la tristeza son fundamentales para comenzar el proceso de duelo.

6. Fase de aceptación emocional

Una vez que hemos expresado nuestra rabia, llorado nuestra tristeza y expresado nuestro miedo, es el momento de decir adiós con el corazón. Aceptar lo que ha ocurrido es fundamental para no quedarnos anclados al pasado, y ser capaces de vivir el presente, y poder decir adiós. 

ETAPA CIERRE

7. Fase de perdón

Como decíamos antes, todas las relaciones tienen momentos positivos y negativos, y puede haber algo que nos haya hecho daño y no se resolvió en su momento. Lo que tratamos de conseguir en esta fase, es resolver y perdonar lo que no nos gustó de la relación.

8. Fase de gratitud

Es el momento de conectar con todo lo positivo que viví de esa relación, agradeciendo todos los momentos experimentados. Esta fase es imprescindible para quedarme con lo bueno y bonito, porque de esta forma nos quedaremos con lo positivo.

9. Fase de nuevos apegos

Cuando conseguimos cerrar y decir adiós a la relación anterior, puedo abrir mi corazón a nuevos apegos y nuevas relaciones. Al llegar a esta fase, estamos dispuestos a aceptar todo lo que venga.

 

Para que un proceso de duelo terapéutico se lleve a cabo, de una forma sana que nos permita desprendernos del sufrimiento, es necesario un acompañamiento profesional. Desde ALDRA psicología estaremos encantados de acompañarte en este proceso, viviendo contigo cada paso, con la protección y conocimientos adecuados.

Sandra Sonyeba Manzano

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