EL SUEÑO

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¿Qué es el Sueño?

El sueño consiste en un estado funcional, fundamental para aportar descanso físico y mental. Desde un punto de vista fisiológico, desde que nos disponemos a dormir hasta que nos levantamos, pasamos por distintas etapas que se resumen en dos estados diferentes. En primer lugar, una fase sin movimientos oculares rápidos y otra de movimientos oculares rápidos, la conocida como fase de sueño REM. La primera fase, a su vez, se subdivide en 4 fases (de menor a mayor profundidad de sueño: fases I, II, III y IV).  El sueño, por tanto, es un estado dinámico, en el que el cerebro transita por estas diferentes fases de forma cíclica pero irregular (la duración de las fases es variable).

La duración completa de un ciclo de ambas fases varía de los 45-60 minutos en niños/as de hasta 5-6 años a los 90-120 minutos en población adulta. Se ha demostrado que el ciclo se repite a lo largo de una noche entre unas cuatro y cinco veces. En la siguiente gráfica se puede ver la secuencia de un ciclo del sueño.

  • Fase I. Es la más ligera y menos reparadora del sueño. Podemos entenderla como una fase de transición entre la vigilia-sueño.
  • Fase II. Aunque es algo más profunda que la fase I, seguimos denominándola como fase de sueño ligero. Es la fase que ocupa más tiempo durante el tiempo del sueño. 
  • Fases III y IV. Forman las fases más profundas y reparadoras del sueño. La actividad cerebral es muy baja y la musculatura está completamente relajada. No hay movimientos oculares rápidos y encontramos los parámetros mínimos de tasa cardiaca, consumo de oxígeno, etc. Entre sus funciones se destaca la conservación de energía y restauración neurológica y corporal. 
  • Fase REM (o MOR). Es la fase de movimientos oculares rápidos. En esta fase la musculatura voluntaria está totalmente paralizada y desempeña un papel esencial en la facilitación del aprendizaje, consolidación de la memoria y ajuste emocional. 

Sin embargo, es frecuente que el sueño (y el consiguiente descanso) pueda verse afectado por diversos problemas, tanto a la hora de iniciarlo y mantenerlo como a nivel de calidad y cantidad del mismo. Estas alteraciones se conocen como disomnias, mientras que las alteraciones en las que se experimentan situaciones inusuales y extrañas se denominan parasomnias. Asimismo, es posible encontrar problemas de sueño relacionados con otros trastornos médicos y/o psiquiátricos, además de trastornos del sueño cuyo origen no está claro. En la siguiente imagen se especifican algunas de las alteraciones más comunes, algunos de los cuales serán tratados en futuras entradas en nuestra web.

A la hora de identificar la existencia de un problema en el sueño, es fundamental buscar ayuda profesional para poder realizar una evaluación en profundidad sobre el mismo. Los profesionales se sirven de registros de sueño, exploraciones médicas, pruebas de rendimiento… para tratar de encontrar el origen de la alteración  y tratar el problema de forma adecuada. Una de las técnicas más completas para estudiar el sueño de una persona es la polisomnografía, que consiste en el análisis de las ondas cerebrales que emite el cerebro al dormir. 

Es indudable que el sueño es una función fisiológica que se ve afectada a múltiples niveles, por lo que es muy importante una aproximación multidisciplinar para identificar sus alteraciones y abordarlas de forma satisfactoria. Por ello, desde ALDRA Psicología instamos a solicitar ayuda psicológica y médica en cuanto se perciba la posibilidad de una incipiente alteración del sueño. 

En próximas actualizaciones del blog ahondaremos en algunos de los problemas de sueño más comunes. Hasta entonces, os deseamos dulces sueños. 

Alejandro Vitieles Doñate

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