¿Tengo que ir al psicólogo? ¿Por qué? ¿Debería?
Es muy probable que conozcas a alguien (incluso puede que seas tú) que en algún momento se haya planteado acudir a terapia. También es muy probable que algo haya impedido dar el último paso para decidirse a ir. Causas comunes para demorar la visita al psicólogo son la falta de tiempo, una situación económica complicada, la pereza de buscar un profesional adecuado, la sensación de incapacidad para dar el paso o la sensación de que uno ‘no está tan mal como para ir’.
Desafortunadamente, acudir a terapia siempre ha estado rodeado de un halo de vergüenza, pues en muchos entornos se consideraba que las personas que acudían tenían problemas graves. Por ello, siempre se ha tratado de ocultar en mayor o menor medida si uno acude a terapia, para así no ser señalado. Del mismo modo, al considerarse algo negativo, con frecuencia se ha evitado en gran medida decidirse a ponerse en manos de profesionales.
No obstante, en los últimos años esta tendencia se ha venido modificando y aunque queda aún mucho por hacer, acudir a terapia ha perdido gran parte del estigma al que se sometía hasta hace poco. Cada vez somos más conscientes de que la salud mental es una parte fundamental en la salud humana, por lo que a día de hoy le prestamos una mayor atención.
En adelante, contestaremos a unas cuantas preguntas frecuentes entre personas que se están planteando, o se han planteado acudir a terapia en algún momento.
¿Cómo puedo identificar en qué momento debería buscar ayuda profesional?
Esta pregunta no tiene una única respuesta, porque, como tal, no existe un momento indicado para acudir al psicólogo. Sin embargo, es muy probable que si tienes dudas y ya te has planteado hacerlo, sea un buen momento para, al menos, darle una oportunidad. En cualquier caso, como todos sabemos, es mejor prevenir que curar y por ello, deberíamos buscar ayuda antes de que nuestros problemas se hagan aún mayores.
¿Necesito realmente acudir a terapia?
Dar el paso de acudir a terapia puede resultar una decisión difícil de tomar, pero puede reportarte grandes beneficios. Significa que eres consciente de que tienes algún problema que no eres capaz de gestionar por tí mismo/a y que necesitas ayuda para ello. Por lo general, estos problemas pueden ser considerados síntomas de problemas ‘de base’.
Comparándolo con un iceberg, diríamos que los problemas que te han llevado a consulta constituirían la parte visible del iceberg. Sin embargo, por debajo de ellos encontraríamos otros problemas más profundos y más difíciles de detectar sin las herramientas adecuadas. Tu terapeuta te escuchará e identificará estos problemas, así como las herramientas que necesitas para trabajar en ellos y tratar de mejorar tu salud psicológica.
Me siento mal, pero me incomoda hablar de mis sentimientos, experiencias y me da miedo que me juzguen.
Es totalmente normal sentirnos incómodos a la hora de hablar de nosotros mismos y de nuestras experiencias y sentimientos, especialmente si no se tiene costumbre o si nunca antes se ha hecho. Es algo humano y los profesionales lo conocemos bien, por lo que contamos con herramientas y habilidades para crear un clima adecuado a cada paciente, adaptándonos a las necesidades de cada uno.
Recuerda que uno de los pilares básicos de la psicología es el respeto y la aceptación de todas las personas que acuden a terapia, lo que implica que en ningún caso se juzgue a nadie por lo que diga, sienta o haga.
Así, buscamos favorecer un entorno agradable, un espacio seguro que propicie la confianza, para que puedas expresarte con total libertad y al ritmo que necesites. Cada paciente es único y como tal, es el que marca sus propios tiempos en la terapia.
Desde ALDRA Psicología, estaremos encantados de atender cualquier duda que tengáis si estáis planteándoos acudir a terapia. ¡Hasta pronto!
Alejandro Vitieles Doñate